En la actualidad existe una gran demanda por el agua ante la creciente población mundial; sin embargo, la disponibilidad en cantidad y calidad es reducida cada vez más. Esta situación nos pone en un gran riesgo pues como dijimos, el agua es necesaria para nuestra subsistencia, la necesitamos para beber, para asearnos, para producir y procesar nuestros alimentos, para fabricar nuestra vestimenta y una infinidad de cosas que utilizamos todos los días.

De hecho, el uso indirecto que hacemos del agua con la fabricación de nuestra ropa, zapatos, vehículos, la producción de alimentos y bebidas, por mencionar algunas cosas, representa el 94 %, mientras que el agua que empleamos para actividades domésticas como bañarnos, limpiar la casa, lavar la ropa y platos o regar el jardín, representa tan solo el 4%.

Por eso es muy importante hacer un uso racional del agua. Porque, aunque no la veamos frente a nosotros como en un vaso de agua, al bañarnos o cuando lavamos la ropa, no significa que esta sea toda el agua la que consumimos diariamente.